Hoy el periódico El País publica un artículo sobre una de estas supervivencias administrativas que abundan en el mundo de las fronteras en las que suele centrarse http://fronterasblog.wordpress.com/, el cual recomiendo sin ningún tipo de corte: Llívia, un territorio español-catalán en Francia.
Siendo de Canarias y habiendo visitado Melilla y Ceuta en el África continental -territorios todos ellos protagonistas de este blog en sucesivos posts- he comprobado in situ también los emplazamientos de Ciudad del Vaticano en plena Roma (Italia), Gibraltar (Reino Unido) en el Estrecho homónimo donde se encuentran tres países y dos continentes, pero también el de Ademuz (Comunitat Valenciana ... 15 kms. adentro de la provincia de Cuenca de camino a Teruel) en España. No obstante dentro del país me falta aún -recientemente he estado cerca- conocer el Condado de Treviño de Logroño en plena provincia de Álava (País Vasco), si bien en compensación por ahora he tenido la oportunidad de conocer igualmente hace muy poco la costa del departamento de Lapurdi del País-Vasco francés y en su momento parte de la Catalunya Nord. Excepto en las ciudades autónomas el contacto ha sido superficial pero apetece profundizar en distintos aspectos de estos lugares:
- La continuidad lingüística que, por ejemplo, existe en el Valle de Benasque (Huesca) y que mezcla catalán y español en su habla ... ¿generalizada?
Fotografía tomada en la Oficina de Turismo de Benasque (Huesca, agosto 2013).
- Con ella es previsible, o no, la cultural, y asociada a la misma un sentimiento identitario de diferencia o de pertenencia que suele desarrollarse en todos los lugares, ¿con respecto a quién?
Fotografía tomada en un local en Catalayud (Zaragoza, diciembre 2013).
- Y cómo las fronteras administrativas se plasman también en la economía y las actividades cotidianas a un lado y otro, incluidos los obstáculos y privilegios que impliquen esta geolocalización ...
Fotografía tomada en una calle del sur de Roma (Italia, diciembre 2012).
Y tantos otros según el contexto elegido, aunque siempre resulta interesante el esfuerzo comparativo a través de categorías comunes. Lo emic y lo etic complementándose para contribuir en una mayor profundización de temáticas como la de la frontera. Un estudio ejemplar en ese sentido es Violencia vasca. Metáfora y sacramento. (1994) por Joseba Zulaika, que habla de fronteras sin mencionarla pues todo nacionalismo es un juego de espejos identitarios que establece barreras y afinidades contextuales en las que el concepto principal de este blog está presente aún de forma invisible, a pesar de ser la principal reivindicación. De lo más brillante que he leído e injustamente poco conocida. Una monografía más que recomendable, imprescindible. Su vigencia o no se dirime aún veinte años después de su publicación ...
