domingo, 10 de abril de 2022

Viajes por la frontera: desde la Antropología ¿y/o? el Periodismo

 

El 2 de febrero de 2021 me autoenvié el significado etimológico de Ucrania tras verlo en un reportaje de viajes, detalle importante en esta publicación. En él lo sintetizaban como "frontera". En el diccionario dechile.net se extendían bastante más.


Clica sobre la imagen para verla en detalle.

Sabía que en algún momento lo incluiría aquí pero no imaginé el motivo por el que lo haría un año después: la invasión rusa de su territorio. Disputa en otros márgenes de su delimitación desde 2014 aparte, claro. Y toda la historia previa ...


Lo recupero debido a la situación actual en la que además he descubierto esta publicación de otra antropóloga, además periodista y escritora: la noruega Erika Fatland.




Se presenta como un viaje a los catorce países que limitan con la Federación Rusa y también el Paso del Noreste. No ensayo, no publicación de un estudio. Así, tras haberme formado también como periodista turística y de viajes en los últimos años -ver el perfil correspondiente- en lo que parecía una banalización de mi formación desde el punto de vista academicista, prácticamente un cruce justo de fronteras epistemológicas y éticas, ... la mezcla de estos bagajes de la autora en semejante título tenía que llamar poderosamente mi atención.

O acaso en un blog que se ha ocupado de la temática, reflexión, representación, inspiración, denuncia, estética, ... de la frontera cada vez más escoradas hacia lo artístico podía dejar al margen la escritura, en este caso referida al viaje con ella como objeto. Pues no. Incluso sólo habiendo tenido la oportunidad de leer el extracto gratuito de demo. Y te explicaré por qué.



PERIODISMO DE VIAJES: EL BUENO, EL FEO Y EL MALO

Cuando se accede y consume -y realiza- investigación los datos y la literatura científica de presentación de los resultados nada tienen que ver con la base que sustenta las afirmaciones, el tono, la terminología y la ausencia de citación de fuentes (referencias) que se emplea en el periodismo de viajes. No digo ya en la literatura de viajes, que se antoja otra cosa diferente puesto que su objetivo es seducir y emplea otros esquemas creativos en la narrativa que adquiere formato de compilación de relatos o novela; aunque se confundan cuando se lee un mal periodismo de viajes. Ese periodismo de viajes malo que:

1) reversiona reproduciendo el mito del buen salvaje ahora extendido al del ¿buen/a local? en el que halla todas las bondades e idealizaciones varias en la experiencia propia del destino -curiosamente en cada destino y por parte de cada periodista de viajes- no tratando así en situación de igualdad humana sino en base a las necesidades propias del viaje muy en la línea del escapismo romanticista y obviando, además, la situación liminal (temporal) que conlleva la experiencia de un desplazamiento acotado en el tiempo que puede no conducir a un conocimiento en profundidad fuera del rol de visitante, o en distintas situaciones o en conflicto; y

2) con una pátina literaria, las más de las veces poética, que en no pocas ocasiones intenta vender el lugar visitado de una forma muy poco disimulada. 


Esta segunda característica se antoja además de periodismo de viajes malo ... el periodismo de viajes feo, porque no parece muy ética. Es decir, sin el más mínimo esfuerzo de análisis crítico sino mero intermediador/a comunicativo ante la audiencia o público susceptible de consumir el destino o la experiencia. Sin embargo es en la que quizá resulte más fácil caer para sustentarse y mantener el reclamo. ¿Cómo evitarlo? Y nada apunta a convertirse en troll de viajes sino a un acercamiento maduro, exhaustivo y empático que represente el viaje de transformación que conlleva ... cada viaje, sin tal conflicto de intereses. Se antoja que como en el periodismo generalista de suscripción esa será la fórmula. Si en éste siempre habrá una oferta ideológica de la línea editorial en el de viajes qué determinará el consumo: ¿los tipos de turismo?, ¿la selección de destinos?

Estas vertientes a mi parecer negativas enumeradas te habrás dado cuenta, pienso, que son las más extendidas -seguro que reconoces sus rasgos en multitud de publicaciones o series de reportajes que hayas leído/visto- y a mí misma, de hecho, me tenían muy confundida cuando abordé el entrenamiento en esos enfoques. Muchas veces hacen de guía de viaje y personalmente reconozco es probable alimentaran mi curiosidad a la vez que la necesidad de trascender una visión individual para conocer más rigurosamente un lugar, destino, población, paisaje ya fuera natural o humano, costumbres, su contexto social actual y el histórico que lo condiciona. La lectura de Ébano (1998) de Ryszard Kapuściński, título que obtuvo el Premio Viareggio, aclara, no obstante, las diferencias con respecto al periodismo de viajes bueno: el que no vende, dice sin decir, no escatima en reflejar los conflictos que se presentan en los viajes, respeta los idiolectos, refleja el recorrido individual, ..., pero tan difícil de conseguir*. Él es nivel premium. Premium Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades 2003, más en concreto; entre otros. Aún así, de tan bien escrito y en forma de relatos, casi una sucesión de crónicas resultado de cuarenta años de cobertura de la actualidad africana tratada con perspectiva al mismo tiempo que inmersión y cercanía humanas como reportero, su origen periodístico se pierde en la etiqueta «libro de viajes» o «literatura de viajes». Te aconsejo que no caigas en ese error. Sí (me) apunto que resultaría interesante comparar La Frontera de Fatland con El Imperio (1994) también de Kapuściński sobre las repúblicas de la antigua URSS, aunque sea en fechas diferentes.


EL VIAJE COMO GÉNERO

La propia Erika Fatland se define como escritora de viajes, lo que deja abierto a interpretarlo como literatura de viajes o bien cualquier género que comprenda el desplazamiento.


Quizá periodismo de viajes resulte tan comercial ya dada la manera en que el mal y feo periodismo de viajes han fagocitado al bueno que no convenga, porque el público no identificaría los contenidos y pensaría que para eso están las revistas de viajes y no un libro de más de seiscientas páginas. 

Literatura de viajes llevaría a pensar en una novela.

La antropología especializada por ejemplo en la región -también publicó previamente Sovietistán- confina el libro en la sección de Historia / Antropología en la que efectivamente lo está, algo que puede inducir a pensar 1) quizá es una confusión con el concepto de periodismo de viajes, 2) el argumento de las etiquetas anteriores, 3) Antropología es una categoría que hace de cajón de sastre de cualquier cosa que mínimamente transmita diversidad cultural, viajes, ..., lo cual es un verdadero desastre, o 4) una estrategia comercial editorial si es que se sobreentendiera que Antropología tiene una entidad superior al Periodismo de Viajes, o que el nivel de conocimiento y profundización está más cerca del primero que del segundo aunque no consiga los estándares correspondientes. En cualquier caso lo que debe quedar claro es que unos diarios de bitácora, ni siquiera diarios de campo, que son el relato de un proceso dirigido al lector/a pero no el resultado de recogida sistemática de testimonios en base a una muestra de variedad de perfiles y/o casuística representativas que priman al nativo/a o local -no vaya a circunscribirse sólo a determinados territorios- no es Antropología. No una que se denomine científica, que es un error que debería evitar cualquier ciencia social. He aquí un paralelismo con el mal periodismo de viajes ...

Otra cosa es adoptar un enfoque, que es mi apuesta cuando cruzo de un estándar a otro. Sabiendo cuándo hago uno y cuándo hago el otro. Y estoy en ciernes con lo que mi apuesta contra el acriticismo también debe controlarse; lo mismo con la creatividad que me asalta en otra vertiente más marketiniana. Supongo que algo similar con el enfoque le sucederá a quien su bagaje le haga tener más conocimiento, sensibilidad, foco, hacia otras disciplinas: histórica como el propio Kapuściński, arquitectónica, económica, filológica, ... Y no tiene que considerarse un sesgo sino su aportación y especialización, aparte de las relacionadas con la temática o el área geográfica u otras categorías.

Ya lo dice otra antropóloga, la danesa Kirsten Hastrup: "sin una ambición teórica ni una práctica analítica, la antropología se vería reducida a un género de literatura de viajes". O incluso de periodismo de viajes, que yo misma considero otra vertiente profesional porque puede que aquí esté interviniendo otra variable a la que apunta Erika Fatland en su web: "soy una antropóloga social capacitada, pero nunca he tenido un trabajo adecuado". Es decir: que esto se venda y pague más, mejor y más asegurado que cualquier otro tipo de acercamiento con su titulación. O que se entienda ésta de esta manera, también es posible. Es mucho menos exigente, sin duda. Sin marcos teóricos, sin datos ni análisis -esto se lo podemos dejar si acaso al periodismo turístico que, por ello, no es lo mismo que el periodismo de viajes pero tampoco sociología ni antropología del turismo- sí que es cierto que incluso con todos sus fallos cada vez más el viaje como género divulgue cuestiones transferidas desde las ciencias sociales. Por ejemplo las nociones de grupo étnico. Pero añade responsabilidad a la hora de emplear el foco y la terminología de manera adecuada a través de los formatos periodísticos y siempre cumpliendo con un código ético que en mi caso en la Organización Mundial de Periodismo Turístico (OMPT) ya contempla muchas de estas cuestiones interculturales y de respeto de derechos en la interacción y representación de los sujetos/as y lugares con quienes se entre en contacto. Ver aquí


Otro tipo de fronteras cuando te ocupas del cruce de fronteras (y no sólo se ocupa de las interestatales) que otro/as ven como vacaciones ... 


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* Recientemente he publicado un relato de periodismo de viajes ""MEDITERRÁNEA-MENTE: EL VIAJE QUE NUNCA TERMINÓ. De trabajo de campo al turismo como trabajo" dentro de esta publicación coral Mujeres al borde de un ataque de viajes


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